Estando en Helsinki, nos fuimos a pasar el fin de semana a Tallin, Estonia. Los jóvenes finlandeses suelen coger el ferry que une las dos ciudades para pasar noches de fiesta en la ciudad ex-soviética, ya que el precio del alcohol es mucho más barato que en Finlandia.
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Una de las 300 islas que forman el archipiélago que rodea la costa de Helsinki |
Tallin bien vale un día de paseo. Tiene una preciosa parte medieval por la que da gusto perderse: edificios llenos de color, hermosas iglesias, calles empedradas...
Es cierto que la restauración llevada a cabo en estas calles es excesiva, ya que tanto color pastel puede hacernos pensar en algún momento que estamos en un parque temático y no en la capital de una de las repúblicas ex-soviéticas, pero no es menos cierto que incluso así da gusto perderse durante horas fotografiando cada detalle.
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