Siempre me gusta conocer sitios nuevos y con encanto. En Barcelona es difícil encontrar locales con encanto, porque, siento decirlo, la mayoría de los bares son pretenciosos, modernillos, franquicias o demasiado sucios y viejos.
Pero hay excepciones y la cervecería Conde Drácula es una de ellas.
Las paredes están repletas de murales que muestran al más famoso de los vampiros y hasta las lámparas representan la cara de este chupasangre.
Drácula aparece hasta en la carta!
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