Recién comprada, sin tener ni idea de cómo funcionaba y muerta de ganas de estrenarla, me la llevé a su primer viaje, a Donosti, San Sebastián.
El primer carrete no me decepcionó lo más mínimo, me encantan aquellas primeras fotos. Y eso que las condiciones de luz no eran las mejores, ya que estuvo nublado.
No hice demasiadas fotos analógicas en ese viaje. No tenía experiencia y como no sabía siquiera si saldrían bien, me retuve mucho. Es difícil volver al carrete cuando ya se está tan acostumbrada a lo digital.
Por suerte, cuando llegué al Peine de los Vientos, de Chillida, me vino la inspiración y saqué cuatro fotos que, todavía hoy, siguen siendo de mis lomos favoritas.
El mar Cantábrico empezaba a enfurecerse. |
Me encanta, una de mis mejores dobles hasta la fecha. |
Me hubiese quedado horas contemplando esta obra. Simplemente me enamoré del lugar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario