Ya formo parte de una tradición que nació el año pasado y que consiste en empezar el año yendo a comer al Asador de Aranda con mi novio y sus amigos.
El restaurante está ubicado en un palacete de la Avenida Tibidabo de Barcelona. Me parece precioso por fuera y por dentro.
El servicio impecable y la comida buenísima.
El cordero lechal estaba para chuparse los dedos.
En el plato, no he dejado ni la piel. |
El cochinillo también estaba espectacular. |
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